Este si que es una muesta de ingenio humano, hacer un barco "vertical" o mejor dicho el primero en su género se llamará Seaorbiter, una especie de caballito de mar gigante , aunque yo diria que tambien se parece a un Calamar, será para la observación de los océanos, navegará a la deriva a lo largo de la Corriente del Golfo, ubicada en el Atlántico norte, en esta década, con una tripulación que verá el mundo marino y submarino "con otros ojos". Diseñado por el francés Jacques Rougerie, conocido como el arquitecto del mundo submarino, el Seaorbiter, que debe ser botado en el 2008, es un barco vertical de 51 metros, 31 de ellos sumergidos, formado por dos módulos, uno de varios niveles a presión atmosférica y otro sobrecomprimido.
Jacques Rougerie sintetiza así sus propios trabajos y experiencias ajenas, como las de Jacques Picard, explorador del fondo abisal, y las de Bill Todd, director del programa de la NASA para el entrenamiento submarino de los astronautas.
En efecto, ocho de los 18 tripulantes serán astronautas profesionales que vivirán en la parte sobrecomprimida, desde donde podrán salir directamente al agua a través de una cámara de descompresión.
"En cuanto se sale al medio acuático, los gestos, los movimientos y la ergonomía se parecen al espacio", explicó Jacques Rougerie.
Pero el Seaorbiter será sobre todo para su diseñador "una mirada permanente las 24 horas del día bajo el mar, lo que permitirá otra comprensión del mundo submarino".
Contrariamente a un submarino, que vuelve regularmente a la superficie, o a un buque oceanográfico, que hace sondeos regulares desde la superficie, el nuevo aparato permitirá observar permanentemente bajo el mar, día y noche.
En caso de producirse un fenómeno al exterior, bastará pasar por la cámara de descompresión con una escafandra o instalarse en un sumergible autónomo de dos plazas para ir a observarlo de cerca, explicó Rougerie.
Este proyecto de 25 millones de euros (unos 31 millones de dólares) --monto que incluye la concepción y la explotación para la primera misión en la Corriente del Golfo-- permitirá derivar en el corazón de las masas oceánicas, dejándose llevar, sin ruido y sin alterar el medio marino.
Por otra parte, dado que cualquier objeto flotante atrae a la fauna acuática, creando un "fenómeno de agregación, un oasis de vida", Jacques Rougerie considera el Seaorbiter como un observatorio privilegiado de estudio del comportamiento (de los organismos marinos) en medio real.
Fuente: AFP
Jacques Rougerie sintetiza así sus propios trabajos y experiencias ajenas, como las de Jacques Picard, explorador del fondo abisal, y las de Bill Todd, director del programa de la NASA para el entrenamiento submarino de los astronautas.
En efecto, ocho de los 18 tripulantes serán astronautas profesionales que vivirán en la parte sobrecomprimida, desde donde podrán salir directamente al agua a través de una cámara de descompresión.
"En cuanto se sale al medio acuático, los gestos, los movimientos y la ergonomía se parecen al espacio", explicó Jacques Rougerie.
Pero el Seaorbiter será sobre todo para su diseñador "una mirada permanente las 24 horas del día bajo el mar, lo que permitirá otra comprensión del mundo submarino".
Contrariamente a un submarino, que vuelve regularmente a la superficie, o a un buque oceanográfico, que hace sondeos regulares desde la superficie, el nuevo aparato permitirá observar permanentemente bajo el mar, día y noche.
En caso de producirse un fenómeno al exterior, bastará pasar por la cámara de descompresión con una escafandra o instalarse en un sumergible autónomo de dos plazas para ir a observarlo de cerca, explicó Rougerie.
Este proyecto de 25 millones de euros (unos 31 millones de dólares) --monto que incluye la concepción y la explotación para la primera misión en la Corriente del Golfo-- permitirá derivar en el corazón de las masas oceánicas, dejándose llevar, sin ruido y sin alterar el medio marino.
Por otra parte, dado que cualquier objeto flotante atrae a la fauna acuática, creando un "fenómeno de agregación, un oasis de vida", Jacques Rougerie considera el Seaorbiter como un observatorio privilegiado de estudio del comportamiento (de los organismos marinos) en medio real.
Fuente: AFP
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